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jueves, 22 de marzo de 2012

Phonsavan

El viaje hasta Phonsavan fue un paseo, sólo tardamos siete horas y media en hacer los 250km del recorrido. De nuevo la música a todo volumen, de nuevo las mismas canciones, pero esta vez como el autobús tenía un viejo televisor, en vez de usar un cd se utilizaba un dvd karaoke, con lo que además de ver las caras a los artistas podía ir cantando las canciones. Unos vídeos geniales muy inocentes con escenas costumbristas en las que se podía ver una casta relación entre dos enamorados ayudándose en las labores del campo o dos universitarios compitiendo por el amor de una compañera al más puro estilo "al salir de clase". Había otros de menor presupuesto que estaban rodados en una cuneta con las bailarinas evolucionando por el medio de la carretera mientras por detrás veías pasar los coches y hasta un par de falang caminando con la mochila a la espalda.
Nada más llegar a la ciudad, que debe tener una población de 35000 almas, soltamos la mochila y salimos a dar una vuelta por el mercado. Al acercarme vi venir a un indio de frente muy sonriente al que saludé y me dijo que había un restaurante indio en la ciudad y que, casualmente, él era el propietario. Me dijo dónde estaba y me pasé casi dos días comiendo allí. Por fin pude comer ensalada, lentejas, alubias, guisantes, pan indio, tortillas, samosas... yo creo que le encantó verme comer con tanta gana porque en alguna ocasión me puso doble ración y hasta me invitó a algún té. Es de risa pero en las últimas dos semanas he estado en tres sitios muy alejados entre sí y en los tres había un indio, los tres tenían un restaurante, los tres de la misma zona de india, los tres amigos. Así que ya voy preguntando dónde está el siguiente indio en el lugar a donde voy a ir y por lo menos una comida la hago allí para variar la dieta. Y funciona, casi siempre hay al menos un indio. Voy a empezar a preguntar por sidrerías.
Phonsavan es la nueva capital de la provincia de Xieng Khouang, la antigua era Muang Khoun pero tras los bombardeos de los americanos malos (los del norte) durante la guerra de Vietnam, fue abandonada.
Toda esta zona fue castigada con bombardeos masivos y diarios durante años por ser el principio del Ho Chi Ming Trail un camino que, oculto a través de la jungla y utilizando el curso de los ríos, cruzaba Laos de norte a sur hasta Camboya y que fue utilizado por los norvietnamitas como vía de abastecimiento de provisiones y armamento al ejército del Vietcong.
Aquí hay toda una cultura en torno a las bombas. Hay pueblos que son un auténtico museo de la guerra y he visto bombas usadas como jardineras, como comederos de animales, como postes en las casas y un montón de utensilios hechos con el metal: cucharas, ollas, lámparas, hazadas, palas, cencerros... Y los que menos recursos tienen se dedican a buscar bombas, las manipulan y desactivan y luego las venden como chatarra. Son los Steel Hunters. No es que el kilo de acero esté muy bien pagado teniendo en cuenta el riesgo que entraña, pero dentro de una economía agrícola de subsistencia supone un dinero extra muy apetecible. Tres días antes de que llegáramos, dos de estas personas volaron por los aires manipulando una. 
Hay varias organizaciones internacionales que trabajan en la localización y desactivación de los millones de bombas que no estallaron y que están esparcidas a lo largo de un área inmensa de bosques, cultivos y pueblos y alguna otra que trabaja en la ayuda a los afectados por las UXO.
Para los cuatro que leéis este blog (aparte de mis padres), que tenéis tiempo de sobra y os pueda interesar saber algo más sobre el tema, os recomiendo dos documentales:
Bombies, sobre el trabajo de los miembros de Mine Advisory Group (MAG) y centrado especialmente en uno de los tipos de bombas arrojadas, las cluster, (un proyectil que se abría en dos antes de llegar al suelo y dejaba escapar miles de pequeñas bombas del tamaño de una pelota de tenis) y en el día a día de miles de niños y mayores viviendo con todo eso bajo sus pies.
The Secret War, interesante documental para conocer el origen de esta operación preparada por la CIA con el fin de intentar detener el avance del comunismo en el sudeste asiático y de una masacre y una guerra que oficialmente nunca existió, con imágenes de la época, testimonios de miembros de la CIA y de antiguos pilotos y de supervivientes de los bombardeos.


                        la terraza del Craters Bar y lo que me encontré en un hostal

                                         
                                         y un poco de comida, que es cultura:



                                            apetecen ¿eh?

                                              las vendedoras de gallinas

                         con pluma o con pelu, si se mueve ye pa´comelu

                                          la decoración de interiores

                                      hay que ser lao para dormir en un autobús





2 comentarios:

  1. Brutal Fredy...hacía tiempo que no pasaba y doble satisfacción, leer tus historias es un placer chaval..;)))

    R*

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  2. Gracias nenu. Ya estás bien instalado ¿no? Un abrazón.

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